Un hombre se presentó a un maestro y le dijo:
-Estoy en busca de un nuevo maestro. Mi anterior maestro ha muerto; él era un hombre santo capaz de hacer muchos milagros. ¿Qué milagros eres tú capaz de realizar?
-Yo, cuando como, como; cuando duermo, duermo- contestó el maestro.
-Pero eso no es ningún milagro, yo también como y duermo- replicó el hombre.
-No. Cuando tú comes, piensas en mil cosas; cuando duermes, fantaseas y sueñas. Yo, sólo como, cuando como, y duermo, cuando duermo: ese es mi milagro.
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El título de este relato es arbitrario, ya que se trata de tradición oral y se pierde en un pasado indefinido. Lo que maravilla es que puede atribuirse a cualquiera de las corrientes de pensamiento conocidas, tal es su sencillez en el mensaje.
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