lunes, 15 de noviembre de 2010

EL MEJOR CÓDIGO NO VERBAL

..............................................................................................
"¡Qué audacia! Pero fue eficaz: como si hubiera oído algo milagroso, el rostro amenazador del jefe se suavizó.
 Sus ojos se fruncieron, con una amplia sonrisa de beatitud.
-¿Dice que ese Mozart siempre piensa en Mao?- dijo.
-Sí, siempre- confirmó Luo, sin titubear.
Cuando tensé las crines de mi arco, unos cálidos aplausos resonaron, de pronto, a mi alrededor, y casi me intimidaron. Mis dedos entumecidos comenzaron a recorrer las cuerdas, y las notas de Mozart volvieron a mi mente, como amigas fieles. Los rostros de los campesinos, tan duros hacía un  momento, se ablandaron minuto a minuto ante el límpido gozo de Mozart, como el suelo seco bajo la lluvia; luego, a la luz danzarina de la lámpara de petróleo, fueron borrándose poco a poco sus contornos. Disfrutaban.
Relajado, toqué un buen rato, mientras Luo encendía un cigarrillo y fumaba tranquilamente, como un hombre. Mi violín se había salvado a sí mismo de la hoguera".
...............................................................................................



Este encantador fragmento pertenece al relato autobiográfico "Balzac y la joven costurera china", de Dai Sijie, cineasta y novelista chino, que cuenta las experiencias vividas por él y un amigo, ambos adolescentes, en los centros de reeducación existentes durante el régimen de Mao Zedong.
Lo transcribí como un claro ejemplo de comunicación a través de códigos no verbales, en este caso, la música de Mozart.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.