domingo, 12 de diciembre de 2010

¡TONTO DE CUIDADO!

Un agricultor se dirigió al molino, cargando un saco con trigo que acababa de cosechar. Viendo que había allí varios sacos conteniendo harina, arrojó tras el molino los granos del suyo y comenzó a llenarlo con la harina ajena.
El molinero observó la maniobra y le gritó:
-¿Se puede saber qué haces?
-Soy un hombre tonto- replicó- así que actúo según mi pobre juicio.
-Si eres tonto ¿por qué no recoges tus granos y los pones en los sacos de los demás?- preguntó el molinero.
-Porque soy un tonto común; para hacer eso ¡debería ser un gran tonto!




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Otro ejemplo de la utilización de la ironía como recurso de gran sencillez, pero de fuerte impacto, en la comprensión lectora y la consiguiente interpretación del mensaje.

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